Crítica de la película «Juana de Arco» (1948)

Juana de Arco

En Juana de Arco, el director estadounidense Victor Fleming busca representar los fragmentos más relevantes de la iconográfica heroína francesa que fue canonizada por la Iglesia Católica siglos después de convertirse en una mártir durante la Guerra de los Cien Años. Está basada en la exitosa obra de Broadway de Maxwell Anderson, además de ser la única producción del estudio Sierra Pictures. Me atrevo a decir, en las dos horas y media que tiene su versión restaurada, que Fleming ofrece aquí una épica histórica en Technicolor que encuentra ciertos momentos con los valores de producción y una actuación notable de Ingrid Bergman, pero, por desgracia, carece de la pujanza dramática necesaria para elevarse por los cielos y, dicho sea de paso, atraviesa lugares comunes que se queman a fuego lento en su epicentro predecible. El argumento se sitúa entre 1412 a 1431 y presenta a Juana como una joven campesina que, luego de escuchar unas voces que le encomiendan una misión de Dios para expulsar a los ingleses y salvar a Francia, se dispone a inducir al delfín, el futuro rey Carlos VII, con la finalidad de preparar a las tropas para levantarse en el sitio de Orleáns, algo que consigue luego de profetizar una derrota del ejército en manos del enemigo. En términos generales, la narrativa se estructura sobre la base biográfica de los episodios más preponderantes de la vida de Juana de Arco, mostrando las hazañas que catapultan su ascensión frente a los monarcas y la gente de los pueblos que tiene fe por sus milagros. Se muestra los días de fe de Jeannette mientras dedica su tiempo libre a rezar en la localidad Vaucouleurs; la conversación en la corte de Carlos VII en Chinon en la que Juana logra convencer al delfín frente a todos los súbditos incrédulos; la batalla de Orleáns en la que Jeannette se pone su armadura y usa la fe para elevar la moral de las tropas francesas comandadas por La Hire hasta conquistar un castillo; los días de gloria en los que Juana obtiene el título de La Doncella de Orleáns y colisiona con una autoridad eclesiástica que amenaza con enviarla a juicio por herejía; el proceso inquisitorial frente a los curas corruptos que condenan a Juana a la hoguera por sostener su afirmación de inspiración divina. El problema fundamental, no obstante, es que la narración sintetiza los pasajes históricos de la heroína de una manera apresurada que le resta profundidad a su desarrollo psicológico, dejando poco espacio para interrogarla más allá de los diálogos a puerta cerrada que sostiene con reyes y sacerdotes de la iglesia, además de que los personajes secundarios que la acompañan solo rellenan escenas para cumplir con la cuota de obviedades revisionistas al servicio del catolicismo. Si bien algunas situaciones se subrayan con facilismos, reconozco, al menos, que la actuación de Bergman me resulta algo creíble cuando emplea la mirada, la voz, el rostro y los gestos expresivos para capturar las inquietudes que acentúan a Juana como una mujer valiente, patriótica, que es capaz de movilizar a todo un reino con la fe en Dios. A su lado hay solventes actuaciones secundarias de José Ferrer como el rey obstinado y, asimismo, de Francis L. Sullivan como el malvado obispo. También me parece interesante la forma en la que Fleming, en su última película poco antes de su muerte, coloca sobre la puesta en escena una serie de factores estéticos que le añaden cierta belleza a la superficie a través del diseño de vestuario, la auténtica reproducción del período medieval y las panorámicas que evocan el lado teatral del relato. La música sinfónica de Hugo Friedhofer, de igual modo, integra su leitmotiv con consistencia. Nada de esto evita, entre otras cosas, que reciba con abulia el martirio final de la santa ignominiosamente condenada.


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Ficha técnica
Título original: Joan of Arc
Año: 1948
Duración: 2 hr. 25 min.
País: Estados Unidos
Director: Victor Fleming
Guion: Maxwell Anderson, Andrew Solt
Música: Hugo Friedhofer
Fotografía: Joseph A. Valentine, Winton C. Hoch, William V. Skall 
Reparto: Ingrid Bergman, José Ferrer, Francis L. Sullivan, Ward Bond
Calificación: 6/10


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