En Pepe, el realizador dominicano Nelson Carlo De Los Santos Arias recurre a la poética de lo natural con el fin de enmarcar, supongo, un extraño híbrido a partir de la intersección simbiótica de varios géneros cinematográficos. Se trata, si no me equivoco, de su segundo largometraje de ficción tras Cocote (2017), en la que ya mostraba lo que era capaz de hacer con la estética rupturista. Pero, a diferencia de su ópera prima, el asunto me obliga a razonar lo suficiente como para poner en duda el galardón al Oso de Plata que obtuvo en el Festival Internacional de Cine de Berlín de 2024. Esto se debe a que valoro, hasta cierto punto, el ejercicio de estilo con el que De Los Santos demuestra algunas de sus pericias estéticas, pero siento que aquí su narrativa carece de emoción y, por lo regular, sus pretensiones experimentales se pierden en una síntesis discursiva bastante rebuscada sobre xenofobia, neocolonialismo e inmigración, donde tengo la ligera sospecha de que suele estirar el metraje innecesariamente con la única finalidad de rellenar el registro de obviedad. Su argumento, estructurado sobre un largo racconto, tiene como protagonista a Pepe, el fantasma de un hipopótamo con características antropomórficas que pertenecía a Pablo Escobar, que narra con la voz en off las experiencias derivadas de su travesía desde África hasta la selva de Colombia, poco antes de su muerte. En términos generales, la narrativa minimalista muestra la odisea del animal muerto con una mezcolanza genérica que se monta sobre el documental, el drama fantástico y algunas puntualidades del cine experimental. El problema fundamental, no obstante, es que la simbiosis anula el desarrollo de los pocos personajes que aparecen en las escenas y, entre otras cosas, las acciones se reducen a una serie de situaciones redundantes que solo funcionan como catalizador de una envergadura textual demasiado obvia. De esta manera, quedo completamente anestesiado por los relatos que cuenta el hipopótamo sobre su propia desdicha existencial; el largo viaje migratorio del paquidermo en manos de narcotraficantes peligrosos; la vida comunitaria del animal con los otros miembros de su especie; la ignorancia del campesino de un poblado remoto que busca cazar al hipopótamo a orillas del río Magdalena. El simbolismo conduce a De Los Santos a utilizar al animal para sintetizar un discurso sociopolítico sobre la condición del inmigrante; pero entendido ahora como la lucha de un inmigrante para contener la volatilidad de su propia naturaleza frente a fuerzas externas, políticamente inducidas por el poscolonialismo, que lo deshumanizan sobre la base de la xenofobia, la explotación y el rechazo discriminatorio. Esto es específicamente cierto porque el exiliado tercermundista, simbolizado aquí por el hipopótamo sacrificado, que a menudo explora lugares desconocidos como aquella caricatura de Pepe Pótamo, emplea su fuerza y la capacidad productiva del río para subsistir escondido en el terreno de la infraclase, donde permanece estacionado como un ser perdido en ninguna parte al que se le imposibilita comprender su propia situación desfavorable porque, literalmente, "habla" en otros idiomas. Hay, asimismo, algunos subtextos antropológicos que codifican tópicos sobre las tradiciones culturales de ciertas comunidades rurales. Pero, lejos de estas obviedades discursivas de carácter sintomático, solo me parece algo interesante la forma en la que De Los Santos dimensiona las inquietudes intrínsecas del personaje a través de la elipsis, el sobreencuadre, el fundido a blanco, el plano fijo, el fundido a negro, el picado, la psicología del color, el uso proxémico del espacio, el sonido diegético, el encuadre móvil y, ante todo, las panorámicas que captan con cierta belleza las atmósferas naturalistas que se reflejan sobre los paisajes selváticos en una relación de aspecto 4:3. La música extradiegética también está correctamente integrada en un par de escenas. Estas propiedades estéticas, por desgracia, son insuficientes para elevar una narración deslavazada que, dicho sea de paso, se hunde como un hipopótamo hambriento en el agua, casi como si se tratara de un documental inclasificable en la programación de Nat Geo.
Streaming en:
Título original: Pepe
Duración: 2 hr. 02 min.
País: República Dominicana
Director: Nelson Carlo de los Santos Arias
Guion: Nelson Carlo de los Santos Arias
Fotografía: Nelson Carlo de los Santos Arias, Roman Lechapelier, Camilo Soratti
Reparto: Jhon Narváez, Sor María Ríos, Jorge Puntillón García
0 Comentarios:
Publicar un comentario